Algunas de las cirugías cosméticas más comunes en adolescentes son la rinoplastia (cirugía de nariz), la corrección de orejas prominentes, la reducción mamaria, la corrección de pechos asimétricos y la cirugía para reducir las cicatrices provocadas por el acné. Y en la última década, el aumento del tamaño del busto ha tenido una mayor demanda. Una vez “corregido” el problema, muchos adolescentes indican tener una mejor autoimagen y más seguridad en sí mismos. Esto puede incluso tener un impacto positivo en las relaciones interpersonales.
Es importante también tener expectativas reales en cuanto a los resultados. Es decir, el adolescente debe tener claro que la cirugía no lo convertirá en una persona diferente ni es la solución a todos sus problemas. Antes de tomar la decisión de la cirugía, los padres deben lograr que su hijo/hija adolescente comprenda que la apariencia física no lo es todo en la vida y que en lugar de querer verse mejor, debe aprender a sentirse bien consigo mismo desde adentro. Y para terminar, debe estarse consciente que toda cirugía implica riesgos y complicaciones.
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